lunes, 1 de septiembre de 2014

Esencia

Estamos sentados en sendas sillas, a una mesa, en una de esas terrazas de verano en las que puedes tomarte una cervecita o un refresco y una tapa, y despedirte del calor hasta mañana, porque el día ha sido de aúpa, y por fin el levante ha dado paso a un viento fresco que parece que tira de todos nosotros hacia la calle, cosas de la cultura mediterránea, a pesar de vivir a unos cuántos kilómetros del Mar de Tetis.

Un rato antes has tenido sesión de cuerdas, has atado a tu querido protegido y a tu querida c, y has visto las reacciones de cada uno de ellos mientras estabas con el/la otro/a, mientras pasabas la cuerda lentamente por sus cuerpos, mientras eras ese cabronazo que en vez de atar juega con los sentires, con las emociones, con la esencia.

Él le pregunta algo a ella, yo busco entre el resto de mesas la ausencia de un menor de edad, la confirmo, ella se quita las gafas, ¿me reta?

La bofetada suena cómo un cañonazo a las 4 de la mañana en medio del desierto.

El personal sigue a lo suyo, nadie dice nada, c sonríe, sweetpadawan flipa, yo los miro alternaticvamente a los ojos y me pregunto cómo puede ser la esencia a la vez la misma y tan distinta en ellos dos.

El verano va tocando a su fin, bueno, más o menos...

Un saludo

Karl H

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