miércoles, 14 de agosto de 2013

Llegas

Llegas
Dejo a continuación un nuevo relato. Espero que os guste.

Llegas, te miro, me miras y sonríes, sabemos los dos que te debo un correctivo, y sabemos los dos que los odio, sé que son necesarios, y sé que ninguno lo disfrutará, te hago desnudarte, te cubro los ojos con un antifaz y no dices nada, permaneces muda, callada, yo, que soy un tipo hablador permanezco mudo durante una larga hora, mientras permaneces desnuda en el centro de la habitación.

Alguien toca de una manera muy determinada con los nudillos en la puerta, saltas casi un metro del respingo que das, no obstante permaneces quieta, porqué así lo he decidido, es mi primer "invitado", tras un breve lapso de tiempo en el que voy y vengo a abrir la puerta, la habitación se encuentra atiborrada de desconocidos hombres con los que he contactado por internet, desconocidos que miran con malsano deseo MI cuerpo.

Me acerco a ti mientras los tipos comienzan a sacarse las pollas, sujeto tus hombros con mis manos, aproximo mis labios a tu oido, y susurro una orden; te arrodillas, te abrazas, dejando los pechos enmedio, enmarcados por los antebrazos, luego me retiro mientras los desconocidos forman un círculo a tu alrededor para acto seguido comenzar a masturbarse, se han presentado todos, en total veinte, que irán eyaculando sobre MI cuerpo... Cuándo por fin el último se marcha, te miro, MI cuerpo está cubierto de semen, por MIS mejillas dos lágrimas bajan desde los ojos hacia el mentón, no digo nada, el correctivo no ha terminado aún, te sujeto del pelo, y te hago seguirme a cuatro patas, hasta el aseo, subo la tapa del retrete, te meto la cabeza dentro, y tiro de la cisterna; no dices nada, no puedes, te tomo por detrás durante un buen rato, y cuándo voy a eyacular, te saco la cabeza del water, te quito el antifaz, y espero.

Abres la boca como una buena perra, y esperas mi néctar; pero no llegará, aún no.

Te ordeno que entres en la ducha y laves MI cuerpo. Lo haces, y parece que necesites tirarte dentro del chorro de agua caliente media vida, te observo mientras lavas MI cuerpo, te observo mientras lo secas, te observo mientras lo adecentas ante el enorme espejo y dejo de observarte cuándo vienes hasta mi, y te arrodillas a mis pies; entonces te siento, siento el esfuerzo que haces cuándo abres la boca, me inclino, te sujeto los antebrazos y te hago recobrar la verticalidad, te miro a los ojos, beso MIS labios, y abrazo MI cuerpo, dando por finalizado el correctivo.

No dices nada durante todo el día, parece cómo si mi mudez te hubiera afectado, ni siquiera te quejas mientras te azoto por el placer de hacerlo, pareces estar en otro mundo, y de hecho lo estás, entiendes que mientras estás con tu Amo, estás en su mundo, sonrío cuándo te arrodillas ante mi y abres la boca, me miras a los ojos al hacerlo, entonces entro y te saco las lágrimas, y también algunas arcadas, disfrutas, lo sé, eres tan puta que sólo te corres cuándo te tomo por la boca, eyaculas, eyaculo, y mantienes mi néctar en la boca mientras te tomo por MIS otras vías, hasta que por fin, cuándo me derramo en la vagina, te ordeno tragar; luego dormimos.

Por la mañana encuentro un sobre sobre la almohada, dentro con letra irregular, una misiva, es muy clara, me dices que necesitas irte unos días, pensar en qué hacer, si dejarme, si pedirme la libertad o simplemente desaparecer sin más, me pides que no intente ponerme en contacto contigo, me das las gracias por el tiempo que hemos estado juntos, por mi manera de dominarte, de hacerte tumbar límites, y también de corregirte, me dices que disfrutaste de todo el día anterior, mientras leo un nudo se me va formando en la garganta, cierto dolor me llena el pecho, el estómago es un batiburrillo de jugos gástricos que parecen no querer disolverse, al final en una única línea escribes "Si vuelvo será para ser su esclava, Amo" luego firmas.

Los días se hacen eternos, la garganta sigue anudada y cada vez que pienso en ti el corazón me devuelve una dolorosa punzada...

Las noches son del maldito insomnio. Hago turismo por las páginas de internet que visitabas, y en una determinada leo lo mal que lo pasan las sumisas cuándo son abandonadas, sonrío, y pienso en dejar un comentario, pero no, total ¿para qué?

Tiempo después, cuándo por fin los días tienen veinticuatro horas, y las noches son para dormir, alguien toca el timbre, sonrío al pensar en la de veces que me he dirigido a la puerta pensado que serías tú, que volvías para quedarte, aún me dueles, cuándo abro la puerta ahí estás, clavada, me miras mientras sostienes una maleta grande en la mano, doy un paso atrás, sueltas la maleta, te desnudas, y entras, te arrodillas a mis pies, los sujetas con ambas manos, y murmuras una plegaria:

"Amo, aquí está su esclava para lo que desee"

No digo nada, sujeto la maleta y la meto dentro de casa, voy a por el collar, te lo coloco al cuello, y te llevo fuera, al jardín, allí simplemente te dejo, bien atada, junto a la caseta del perro, luego entro, no sé qué decir, es la primera vez en mi vida que las palabras no me sirven, así que mientras estás fuera, yo escribo lo que siento, si es que se puede poner en palabras, ¿qué voy a hacer contigo, perra?¿Cómo voy a calmar este desasosiego que siento? Cierro el ordenador tras responder No a la pregunta de guardar el documento, salgo al jardín y te doy lo que siempre odiaste que te diera, dos bofetadas, luego te hago entrar en casa, y simplemente soy yo.

Pasan los años, y un día, cómo otro cualquiera llegas, me miras a los ojos, y musitas unas palabras nefastas que hablan de libertad, ese día maldito que odias llega, y cuándo lo hace, no te queda otra que asentir, recojes algunas de tus cosas, me comentas que volverás a por el resto, y te marchas seria, tan seria que sabes que el paso te duele, como a mi, y no es precisamente un dolor placentero.

Con tu marcha, vuelve el nudo, ese malestar casi olvidado, hasta que un día, abres un ojo, y sonríes, no sientes nada de nuevo, sólo una extraña alegría, ya no piensas en ella como antes, por fin tu libertad está ahí, de nuevo, y tu alegría de vivir, de sentir, de poseer, de tomar, por fin, tú también, llegas.

Un saludo

Karl H

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es la tercera vez que lo leo y me ha conmovido como la primera vez que lo leí. No se que tiene este relato pero me atrapa, me emociona, me encanta, me da rabia y mil cosas mas que no se expresar.
Me deja sin palabras.
Gracias por compartirlo.

Un abrazo grande (de los que abarcan bien)

Ludmila{Petrus}