viernes, 15 de marzo de 2013

La Duda en BDSM

La Duda en BDSM
La duda es esa cosa que nos corroe cuándo comenzamos a sentirnos distintos al común de los mortales, es lo que nos hace investigarnos por dentro, mirarnos el ombligo, e investigar por fuera; buscar libros, buscar a otros que hagan que esa diferencia que sentimos sea normal en otros, no algo particular, ni tampoco parte de un problema que, si no es adecuadamente resuelto, puede amargarnos la existencia

La duda es lo que sientes la primera vez que la chica masoquista con la que estás te pide con dulzura mientras estás tomándola e intentando correrse "Por favor, abofetéame".

Es la duda la que te hace detenerte en seco, mirarla, pensar si realmente es lo que deseas, y mandar al carajo esa primera vez que te hace complementario; porqué necesitas hablar, necesitas despejarla.

La duda es esa sensación de desasosiego que puede embargarte el alma, no dejarte pensar en otras cosas más o menos felices, y además...

Además, la duda es lo que te hace visitar un lugar para aprender, es lo que te hace dar pasos hacia la curiosidad, e ir tornándola, cambiando una por otra para al fin, despejándola, iniciar un camino, abofetear a quién te lo pide con dulzura e incluso a quién no te lo pide, y sentirte bien haciéndolo, caminar con la cabeza erguida, conocedor de que tú, eres tú, y te aceptas por completo, no te comparas porqué eres incomparable, único, cómo por otra parte lo son todos y cada uno de los seres humanos que por esta Tierra transitan.

La duda en el BDSM hace que te tires una semana completa, si no más, leyendo en un foro las respuestas a una pregunta ya formulada, ya respondida, pero que hace dudar de si será o no será correcto sentir lo que se siente... (Sí, esto va por ti, Ojazos)

Al fin y al cabo, si no dudáramos, casi seguro que no daríamos pasos hacia ningún lugar, porqué en BDSM la fe no sirve, los dogmas, no sirven; las creencias a pies juntillas, no sirven, sirve la duda, sirve la pregunta, sirve el diálogo, todo lo demás que parezca que no se puede ni debe dudar, razonar, debe estar fuera del contexto bedesemero.

Así pues, bienvenida sea la duda, siempre y cuándo al despejarla, la sonrisa sea mayor, más alegre, más franca, y muestre "dos hileras de dientes" bien definidos.

Por cierto, que no quepa duda, no te prestaré mi gato, querida Ojazos, aunque haya ya, despejado la duda de si es o no masoqusta, de si es o no sádica.

En suma, dudar, nos hace pensar, plantearnos las cuestiones, y llegado el caso, saber que el paso que se da, se da con todas las consecuencias, reafirmándonos en los porqués, y en los porqués no; haciéndonos más seguros a cada paso.

Así pues, cuándo llegue, bienvenida sea la duda.

Un saludo

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No dudo en darle la bienvenida a la duda. Así y todo, hoy dudo del mundo, de mi vida entera y de mi ser. Hoy es día de bucear y buscar sin saber qué, ni cómo. Día de dar respuesta al día hasta que llegue la noche y tras un sueño ansiado despertarme mañana, esperemos, con otra duda.

Un abrazo
Ludmila{Petrus}

PD: buscando desasosiego y bdsm hoy llegué a esta entrada y me reconfortó.

Karl H dijo...

Me alegra enormemente saber que lo que escribimos sirve para algo más que para comunicar, y más me alegra saber, Ludmila{Petrus} que se ha sentido reconfortada tras la lectura de esta entrada.


Un beso, si me lo permite.

Karl H