EL ARMARIO

A veces cuándo durante una charla en una reunión de amigos alguien habla de su sexualidad, quiénes nos integramos de alguna manera en el BDSM podemos optar por decir abiertamente cuál es nuestra sexualidad o simplemente callar, esperar a ver cómo discurre la conversación y en un momento dado "confesarnos" o no.

Dependiendo de lo amplio que sea nuestro particular armario, de lo que hayamos abierto la puerta, sacado los cajones, revuelto los estantes, decir con naturalidad "soy Dominante y sádico" puede tener una reacción de contrapartida distinta.

Si la "confesión" se hace con falta de naturalidad, el anuncio se tomará con falta de naturalidad por ejemplo si se dice:

" pues, es que... yo, umm, bueno, ejem, no te lo tomes a mal, no soy un monstruo torturador, pero me provoca placer dominar y producir dolor"

Obviamente si no media "confesión" sino que habla con naturalidad, el anuncio se tomará con más naturalidad.

Creo, que muchas veces "el anunciante" es quién indirectamente provoca en quién le escucha una reacción u otra; dependiendo de cómo cada uno viva su particular manera de ser en la intimidad, cómo la sienta y se sienta de raro, anómalo, o simplemente de ese montón que constituye la humanidad con sus particularides individuales y/o colectivas, grupales, sociales y culturales, así hablará de si mismo, y por tanto mostrará su visión particular de la vida misma.

El otro día, hablando con Ojazos sobre las particularidades de cada país, de cómo se toma la sociedad de por ejemplo Alemania el hecho diferencial de ser Amo o sumiso y de cómo se toma en España le comentaba que en Alemania hay más respeto hacia las individualidades, y muchísima menos tolerancia, obviamente, no se puede generalizar, pero comenzamos a hablar de mi forma de ser intolerante, ciertamente soy el tío más intolerante que conozco, en tanto en cuánto que tolerar supone prejuzgar, juzgar, etiquetar, y permitir, y yo no soy quién para prejuzgar, juzgar, etiquetar y/o permitir, por lo tanto soy intolerante, no concibo la tolerancia como algo positivo, sino como una actitud peyorativa hacia los valores del otro, es como decir, "vale tú eres así, y yo soy de esta otra manera, y mi manera es la correcta de ser, claro que mientras no me fastidies, te tolero"

Si normalmente el ser humano pasa por un periodo en el que se desarrolla su sexualidad y esa sexualidad es "la normal" la aceptación de los sentires no será tan problemática cómo la aceptación del sentimiento sumiso, masoquista o sádico (mal visto generalmente por la tolerante sociedad), el ser humano necesitará de un armario en el que meterse a mirarse el ombligo, a pensar porqué es así, a intentar comprenderse, incluso llegado el caso a buscar ayuda psicológica por la falta de aceptación. si por el contrario se acepta, buscará información, buscará a otros seres que sientan igual, y en los que encontrará la necesaria aceptación social, con el tiempo, dará el paso natural hacia ese otro ser que siente que le complementa...

Creo que mientras los tolerantes sean mayoría con respecto a los respetuosos, existirán armarios más o menos cerrados, con más o menos cajones y estantes; quizá por ello, al igual que hicieron otros grupos antes, deberíamos, cómo colectivo integrar al resto de la sociedad en nuestros sentires, explicándole, enseñándole, mostrándole, que nuestro camino no es tan distinto del suyo, al fin y al cabo todos necesitamos comer, beber, respirar, y sí, por supuesto que sí, ser aceptados con naturalidad.